Hemos visto practicar Pilates a personas como el malogrado Kobe Bryant, James Harden o Lebron James en la NBA, a estrellas del fútbol americano como Martellus Bennett, Tom Brady o Antonio Brown, a tenistas como Maria Sharapova o Andy Murray, a estrellas del golf como Tiger Woods o a famosos futbolistas como Cristiano Ronaldo.

Pero ¿para qué querría practicar pilates un deportista de alta competición con el nivel de entrenamiento y preparación que tienen?

El trabajo de alta intensidad al que están obligados los deportistas de élite está sometido a un gran estrés muscular, y dicha intensidad, en ocasiones, es responsable de un desequilibrio muscular que aumenta las posibilidades de sufrir una lesión. La práctica del pilates en estos deportistas les permite un trabajo más preciso para un desarrollo más equilibrado y armónico de los distintos grupos musculares, mejorando el rendimiento global del deportista y reduciendo el riesgo de lesiones.

Dicho trabajo desde el método pilates se realiza en un proceso que podríamos definir como de dentro hacia afuera. Trabajando desde los grupos musculares más profundos, desde el centro del cuerpo y proyectándolo hacia los grupos musculares que se encuentran en la parte superficial y en las extremidades.

El método pilates tiene unos efectos beneficiosos, especialmente en aquellos deportes en los que puede haber una discriminación natural en el desarrollo de unos grupos musculares en detrimento de otros, cuyo desequilibrio pone en riesgo al deportista y dificulta el desarrollo de sus mejores habilidades. Este efecto es más acusado cuanto mayor sea el nivel de ejecución y práctica del deporte; es decir, cuanto más deportista de élite se es, mayores son las precauciones que han de tomar para compensar dichos desequilibrios.

La rigidez de los músculos acortados es otro factor a tener en cuenta en el deporte de alta competición. La práctica regular de pilates permite a estos deportistas tener tiempos más cortos y eficientes de recuperación tras un entrenamiento intensivo o tras una dura competición. Asimismo, el trabajo con la respiración en Pilates permite una capacidad de aportar mayor oxígeno en sangre, lo que facilita el rendimiento y la recuperación después de un esfuerzo extenuante.

El trabajo de pilates se desarrolla para aumentar nuestra conciencia corporal, que es siempre autoconocimiento, y dicho autoconocimiento nos permite incrementar el rendimiento deportivo y ser más conscientes de nuestra evolución como deportistas.

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