“Todas las ideas nuevas son revolucionarias. Cuando se prueban a través de la aplicación práctica, es cuestión de tiempo que se desarrollen y prosperen. Tales ideas no pueden ser ignoradas. La verdad prevalecerá. Por eso sé que mis enseñanzas llegarán a las masas y finalmente serán adoptadas como universales «. (Joseph Hubertus Pilates en 1934).

Durante la Primera Guerra Mundial, en Inglaterra, el joven Joseph Hubertus Pilates, ciudadano alemán, fue recluido en un campo para prisioneros de Lancaster, y posteriormente fue trasladado a la Isla de Man, donde trabajó con los reclusos enfermos. Pilates ya venía de una experiencia autodidacta en torno a la salud y la forma física, y en Lancaster empezó a crear una batería de ejercicios que él llamó “Contrología”, lo que hoy conocemos todos como el método Pilates. Lo desarrolló observando a los gatos en el campo. En aquellas circunstancias, no eran más que piel y huesos y Joseph Pilates se preguntaba por qué estaban en tan buena forma, ¿porque eran ágiles, rápidos, elásticos y veloces? En contraste con los prisioneros, que cada día estaban más pálidos y más débiles debido a la hambruna. Pilates observó que cuando los gatos no tenían nada que hacer estiraban las patas, y se estiraban ellos constantemente, y eso les mantenían los músculos flexibles y vivos, y a partir de ello creo una serie de ejercicios para estirar los músculos, que puso a prueba entre los prisioneros del campo. Al terminar la guerra lo hicieron en mejor forma que cuando comenzó. Y durante la pandemia de la Gripe Española de 1918, que se extendió por todo el mundo y en Inglaterra hubo decenas de miles de víctimas, los prisioneros del campo de la Isla de Man quedaron a salvo de ella.

No hay evidencia que correlacione la práctica del Pilates con la inmunidad de aquellos presos del campo de la Isla de Man. Pero sí hay evidencia científica a través de innumerables estudios que demuestran que la práctica constante del ejercicio mejora nuestro sistema inmunológico.

Si algo nos ha mostrado la experiencia de esta pandemia, es que los colectivos más afectados son aquellos cuyo sistema inmune se ha visto debilitado por diferentes causas tales como las patologías previas, la edad avanzada, la hipertensión o la obesidad. En las últimas décadas, el estrés, la contaminación, el tabaquismo, la falta de sueño, y otras circunstancias son generadores de un debilitamiento de nuestro sistema inmunológico.

El sistema inmune es el principal defensor de nuestro organismo frente a los microorganismos que producen algunas de las enfermedades que padecemos. Y todas aquellas acciones que realicemos tales como el ejercicio continuado, así como la mejora en nuestros hábitos de salud en relación a nuestra alimentación, o en nuestro equilibrio emocional, redundará en una mejora de nuestras defensas.

Si tiene alguno de estos síntomas o varios, tales como sensación de falta de energía, fatiga, resfriados constantes, lentitud en la curación de heridas, pérdida de fuerza, pueden ser indicativos de un sistema inmune más debilitado. Algo que debe ser puesto bajo supervisión médica, pero que, en la mayoría de los casos, la ciencia médica insiste en la práctica moderada del ejercicio.

La práctica regular de Pilates (Aquí tenemos a Joseph Pilates impartiendo su método) produce una mejora generalizada de nuestra flexibilidad, nos ayuda a mejorar nuestra postura, desarrolla nuestra musculatura, la superficial y la profunda, fortalece los huesos, mejora nuestra coordinación, movilidad y equilibrio, favorece la circulación sanguínea y aumenta nuestro aporte de oxígeno. En consecuencia, mejora y fortalece nuestro sistema inmunológico. Que es nuestra primera línea de defensa frente a las enfermedades.