Antonio Berrios, ha hecho un trabajo para la universidad de Princeton sobre cómo pequeños negocios deportivos se han adaptado a las exigencias y duras condiciones impuestas por el COVID19. Puedes leerlo aquí https://globalhistorydialogues.org/projects/from-physical-to-online-sport/
Como parte de este trabajo, aquí teneis la entrevista a François Pérez (Facilitador Sistémico, Coach dialógico y Coach ejecutivo por la Universidad Francisco de Vitoria. Con más de treinta años de experiencia comercial en diferentes sectores de actividad), dónde se cuenta la creación de PilatesBM Online.
Esperamos que sea de vuestro interés
A: Antonio Berrios
B: François Pérez
A: En un primer momento, cuando el Estado de Alarma se activó en Madrid (15 de Marzo) ¿Cómo se vio afectado vuestro negocio?
B: Como a la mayoría de los sectores a los que afectaba el estado de alarma (hostelería, comercios, gimnasios, turismo, en general todo aquello que no fueran servicios esenciales) con el cierre. Lo que implicaba dejar de percibir todos los ingresos de nuestro estudio de Pilates el tiempo que durase el estado de alarma. El estudio quedó cerrado desde el 15 de marzo hasta el 8 de junio que pudimos abrir de nuevo. En nuestro caso nos pilló con muy poco remanente, pues acabábamos de salir de una situación complicada que se generó en 2013. Lo mismo sucedió con la formación directiva a la que me dedico, toda la formación presencial se canceló.
A: Suponiendo que en un proceso de adaptación o de innovación hay tres fases: la fase previa al cambio, la fase de ejecución de la innovación y fase de resultados, tras la implantación del cambio. ¿Qué emociones experimentaste durante el periodo previo al cambio, donde todavía no habías tomado acción?
B: Bueno, vivimos tiempos complejos e inciertos. Ya estábamos familiarizados con esa incertidumbre desde la crisis de 2008. Supimos desde el primer momento que no podíamos dejarnos llevar por la sensación de catástrofe que se nos venía encima. La desesperación es mala consejera, aunque también un catalizador y activador. La clave era ser capaces de recoger lo que las emociones decían de nosotros. Más si cabe, con una situación completamente desconocida para todos como era el caso de la pandemia. Así y todo, experimentamos miedo, angustia y ansiedad, sobre todo en los días previos al decreto de estado de alarma. El miedo era una sensación muy general por las noticias inquietantes e imprecisas con respecto a lo que estaba ocurriendo. La información y la desinformación (en mi opinión, los medios no han sido, en esta ocasión, una fuente fiable para saber cómo gestionar, qué hacer, qué decidir. Creo que han contribuido con más confusión) hacían que todos corriéramos en todas direcciones, despistados y desorientados. Como te digo, las sensaciones previas fueron de mucha confusión, miedo y angustia.
A: ¿Qué os movió a innovar y a cambiar el sistema en el que funcionaba vuestro negocio? ¿En qué momento de la cuarentena ocurrió?
B: No podíamos quedarnos parados y esperar. Eso hubiera supuesto el cierre total de nuestro negocio. Cerramos el estudio el viernes 13 de marzo. Estando en casa conversábamos acerca de qué acción siguiente debíamos tomar. No nos podíamos permitir que el cierre físico del estudio nos alejara de nuestros clientes y alumnos por un tiempo indefinido. Supimos que debíamos mantener el vínculo con ellos con independencia de las complejas circunstancias. Lo primero que hicimos fue grabar un vídeo con Beatriz (directora y profesora del estudio) en el que comunicaba el cierre del estudio a causa del estado de alarma, y que desde el mismo lunes 16 empezaríamos a grabar las clases en
vídeo. Este primer vídeo duraba poco más de un minuto y lo compartimos con nuestros alumnos a través de una lista de difusión de WhatsApp. Creo que la clave y el acierto fue la inmediatez de la respuesta, ya que el mismo viernes 13 se grabó el vídeo, lo compartimos, y recibimos una respuesta muy calurosa por parte de los alumnos.
A: ¿Cómo innovaste en vuestro negocio? ¿Qué medidas tomasteis?
B: Empezamos por grabar una clase a la semana. Al principio con una cárnara de vídeo doméstica. Pusimos un especial énfasis en el modo de comunicar la clase. Uno de los valores diferenciales de nuestro estudio es el rigor en el método, y la gran capacidad de comunicación de Beatriz (lleva más de treinta años dedicada a la docencia entre el ballet, la danza contemporánea y el pilates). Algo que puedo mostrarte, si lo necesitas, con los vídeos, tanto el primero, con ocasión del decreto de alarma, como con cualquiera de los vídeos de las clases que grabamos. Estas clases las subíamos a un canal de Youtube en modo oculto, y compartíamos el enlace a cada clase semanal con los alumnos que eligieron seguir con nosotros en este formato (cerca de 90 de los 150 alumnos que teníamos en el momento del cierre) A las pocas semanas, a sugerencia de uno de nuestros alumnos, empezamos a dar las clases en directo por Zoom. Tuvimos buena acogida. Piensa que la pandemia fue todo un ataque global y hubimos de bajar considerablemente los precios por las clases online, como por las clases de Zoom. Nos quedamos a algo menos de un tercio de nuestros ingresos, pero al menos evitamos males mayores, y pudimos dar continuidad al negocio. Nada más comenzar las clases de Zoom, actualizamos la parte más débil, que era la audiovisual. No somos avezados en el mundo audiovisual. Los primeros vídeos fueron grabados en directo con una cámara y luz ambiente. Pero cuando empezamos las clases por Zoom, vimos la necesidad de mejorar la luz y el sonido, para dar una calidad audiovisual mayor. Compramos focos, micros, un programa de edición de vídeo, y empezamos a mejorar en ese aspecto.
A: ¿Cómo consideráis que es vuestra posición actual respecto a vuestra situación antes del COVID-19? ¿Consideráis que serán permanentes los nuevos cambios introducidos?
B: Estamos ya a unos días de abrir nuestro estudio online. Hemos reeditado los vídeos mejorando la calidad audiovisual, y hemos mejorado la estructura de las clases y su comunicación. Vamos a abrir el estudio online con dos tipos de suscripción, una gratuita con acceso a iniciación al pilates y varias clases de nivel de iniciación e intermedio, y una suscripción de pago (mensual, trimestral, semestral). Ahora tenemos el estudio presencial y en septiembre arrancamos en paralelo con el estudio online, en el que tenemos puestas muchas esperanzas. La acogida ha sido muy buena, las clases son buenas, tienen nivel, y eso capta gente. Los cambios han venido a quedarse, a nosotros nos ha ampliado la mirada y hemos podido entrever una oportunidad en medio de una situación que, a priori, se antojaba angustiosa e incierta. No sabemos cómo irá, como responderá el público a nuestro estudio virtual cuando abramos en septiembre, pero al menos tenemos una opción de responder en esta
situación. La parálisis, la inacción, no eran opciones. Sabíamos desde el primer momento que no podíamos quedarnos sentados a esperar.
A: ¿Qué habéis aprendido de la experiencia vivida entre 15 Marzo y 18 de Junio (Estado de Alarma)?
B: Que siempre hay opciones. Que la inacción no es una alternativa. Que la vida interpela y nos desafía con cada evento que hemos de vivir y experimentar. Que todo lo que nos sucede, más allá de su dimensión trágica y su dolor, es siempre una oportunidad para atreverte a ser quien realmente eres. Soy sensible al dolor, al drama y a la tragedia, y esto no es una invitación a acoger las cosas trágicas que nos suceden como si fueran algo necesario. No quiero eso y no se lo deseo a nadie, faltaría más. Pero el hecho es que, si sucede, que nos atrevamos a preguntarnos ¿Qué se espera de mí en esta situación? ¿Cómo respondería si no tuviera miedo? ¿Quién quiero ser aquí, en esta situación? Creo que ese es el mayor aprendizaje de esta experiencia.